(...) cuando nosotros...

Que arbitrario se hace pensar que esto es condición de aquello, a mi me suena inútil, muy calmo; o que esto se hace por aquello… me deja mas tranquila saber que solo hago, y no porque busque hacerlo por algo, aunque así resulte finalmente, más bien, es cierto… RE SUL TA de ese modo…
Hay que dejarse condicionar quizás, sentir la tristeza, como correspondía, dejar al aire actuar y al tiempo… descansar.
Al fin se escribe un maldito fin, que mas alegre no pudo ser, porque alegre quizás nunca fue… eso dicen, yo… COMO NUNCA, creo.

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Y hasta me hiciste pensar que reflexionar era malo… y recordar también cuanto detesto los juicios de valor… pues ciegamente siento, que mientras gustemos de lo que hacemos, el juicio de valor será positivo, que no habrá límites ni en la imaginación, ni de facto, para avanzar y crecer… y el temor… en este mágico sueño, desvanecerá… porque no tiene ya razones de ser.
… recuerdas ese primer encuentro… fumándonos, escuchaba Caja de Música… se me olvidaba decírtelo… no es que haya estado rompiendo nuestro pacto… solo olvidaba mencionarlo… desde entonces supe… “Que pedazo de hombre que eres”, y cada vez más… suena más fuerte esa Caja de Música, retumba en mis oídos, en mi mente, en mi vientre, y en el bajo también… destroza mi tímpano… que placentero resulta!... cuando nos encontramos… nos vemos y besamos, abrazamos… en exceso o menos, cuando hablamos… cuando preferimos olvidar terceros… cuando juegos… cuando mmmMMm… cuando plazas, espirales, laberintos y círculos… circulares… cuando ya no existe cabida para el miedo, el temor… cuando juntos… cuando nosotros… sin querer poseer.